miércoles, 21 de marzo de 2012

Terremoto de Arenas del Rey (Granada) 1884. Iñaki Iraburu 1º B.

 El Terremoto de Andalucía fue un seismo registrado en la región española de  el 25 de diciembre de 1884, con epicentro en Arenas del Rey, Granada. El temblor tuvo una magnitud de entre 6,2 y 6,5 grados en la escala de Richter, y duró aproximadamente 10 segundos con un hipocentro a entre 40 y 50 kilómetros bajo tierra, causando entre 1050 y 1200 víctimas, y alrededor del doble de heridos.


La noche del 25 de diciembre de 1884, mientras miles de familias se reunían para celebrar la Navidad, fue interrumpida por un fuerte temblor, que ha pasado a la historia como el terremoto de Andalucía. 
   Albuñuelas del Valle, fue uno de los núcleos de población más afectados. La población en aquella época era de unos 1640 habitantes y 489 edificios (144 de una sola planta, 336 de dos plantas y 8 de tres plantas). Según los datos estadísticos de la época hubo 104 muertos (que fueron enterrados por braceros del pueblo ayudados por braceros de Saleres y por el benemérito cuerpo de la Guardia Civil) y unos 500 heridos (para los cuales se habilitó un hospital de sangre en el Padul).

 Además del desprendimiento de rocas, causado por el temblor hay que sumar los deslizamientos de los estratos superiores del terreno, hecho que agravó las secuelas del terremoto. Estos deslizamientos fueron acompañados de la formación de numerosas grietas. En los informes del terreno de la época se describen fenómenos de liquefacción en el llamado pago de las “Ventas”. Donde se dice que salieron de entre las grietas de los olivares montones de barro.  Esta claro que el deslizamiento y corrimiento de tierras fue la causa fundamental del daño. Decir que Albuñuelas se asienta sobre un terreno deslizante. De este modo el efecto dinámico del terremoto acrecentó los deslizamientos provocando la caída de casi todas las casas situadas en el Barrio Alto y Barrio de la Iglesia. Sin embargo las casas del Barrio Bajo no sufrieron tantos daños. 

 Donde hubo mayor número de muertos, fue en la llamada “casa del velatorio”, donde murieron veintidós personas. Llamada así porque en ella se estaba velando a un joven difunto, por lo que había gran aglomeración de gente acompañando a los familiares.
Por otra parte la casa del párroco se derrumbó por completo muriendo el párroco, Don Emilio Oloriz Aguilera de treinta y un años, su madre Feliciana Aguilera y su hermano Enrique. Al igual que Juan Rodríguez González, hermano político del párroco. Dándose la casualidad que se salvó el hijo de éste último, (un niño de nueve años), porque había ido al estanco a comprar tabaco para su padre.

Iglesia desde la plaza del convento 


 Esa fatídica noche del 25 todos los vecinos la pasaron a la intemperie, según cuentan las personas mayores (recogiendo el legado que a ellas les trasmitieron). Se encendieron fogatas en la plaza de la Iglesia, para poder resguardarse del frío. Al igual que sacaron la imagen de Ntro. Padre Jesús a las puertas del templo, sin llegar a sacarla fuera, (a causa de la lluvia) para darle gracias, porque podía haber sido mayor la catástrofe. A la mañana siguiente ocurrió lo mismo en la ermita de San Sebastián, donde acudieron los vecinos del barrio bajo a darle gracias al Santo Patrón. Recordemos que el  Barrio Bajo fue el menos afectado.

 Dadas las comunicaciones existentes en aquella época y la ubicación del pueblo, hasta el día 27 no se conoció el daño sufrido. Ese mismo día  la Diputación Provincial envió una comisión informativa, la cual recogió lo ocurrido. “A 27 de diciembre de 1884, aun se siguen derrumbando casas de Albuñuelas, población situada a cinco leguas de Granada. Se habían hundido casi todas las viviendas de aquella región. Provocando que muchísimas familias de aquella región se vieron obligadas a acampar al raso…”

          El día 29 de diciembre, el periódico “El Defensor de Granada” pidió auxilio en prensa nacional, pero como aún no se había extendido la noticia, la alarma fue interpretada en Madrid, como una exageración andaluza. Pero hasta el 8 de enero no fue visitado el pueblo por dichos corresponsales.  Por tanto durante los 3 o 4 días siguientes al terremoto cada familia tuvo que subsistir con sus escasos medios. Hay que señalar que la falta de auxilio seguramente debió provocar algunas muertes, si se tiene en cuenta que a los pocos días del terremoto sobrevino una de las mayores nevadas que se recuerda en España, solo hace falta mencionar que el 2 de enero de 1885 en Soria había una temperatura de 22 grados bajo cero, a la sombra y 16 grados bajo cero, al sol.

          Las primeras ayudas que se recibieron fueron un cargamento de víveres y de mantas, y fueron traídos por el director del “Defensor de Granada”, consecuentes de la suscripción de urgencia que este diario había abierto a fecha de 1 de enero de 1885. El consejo de ministros presidido por el rey, acordaron abrir una suscripción nacional invitando a todos los empleados del Estado a ceder una parte de sus sueldos el primer día del siguiente mes de febrero. Y que se hiciesen espectáculos/fiestas a beneficio de las comarcas dañadas. Entre las que podemos destacar la celebrada el 28 de enero de 1885, se trató de un concierto benéfico, organizado por los duques de Fernán-Núñez,  con representación de artistas del Teatro Real, seguido de rifa y rastrillo, acompañado de pastelillos y chocolate, organizado por señoritas de la alta sociedad. Al acto asistieron los reyes y las infantas Isabel y Eulalia quienes contribuyeron a que la recaudación caritativa de la fiesta, fuera enorme.

          Según Modesto Lafuente  a fecha del 1 de Enero de 1885, continuaban llegando alarmantes telegramas participando que se seguían desplomando los edificios y se oían espantosos ruidos subterráneos, percusores de nuevos sacudimientos. Según él, en Albuñuelas se abrió una sima inmensa, hundiéndose en el fondo de ella cuatro cortijos con sus habitantes.

          Ante tales noticias el Rey Alfonso XII, acompañado de los ministros de guerra y de fomento, programó una visita a cada una de las regiones afectadas por el Terremoto.  El viaje del monarca se llevó a cabo desde el 10 de enero hasta el 22, Albuñuelas iba a ser visitada por el monarca, pero a causa de un fuerte temporal, no pudo hacerlo. A pesar de no llegar personalmente el rey, donó a Albuñuelas el donativo de 44.237 pesetas. Aún así, el rey visitó en Granada a Francisco Castillo Mochón, vecino de Albuñuelas de 25 años, que se encontraba gravemente herido en el hospital. En el terremoto había perdido a su esposa, su hermana y una sobrina. Dichas ayudas y heroicas visitas fueron comentadas por la prensa internacional.

          Una vez subsanada la falta de alimentos, la necesidad más cercana era la de la vivienda de sus habitantes. En primer lugar se recurrieron a tiendas de campañas, dispuestas de inmediato por el Gobierno a fin de que pudieran guarecerse provisionalmente aquellos que se habían quedado sin hogar por efecto de los terremotos. Que solo tuvieron su eficacia en las poblaciones meridionales de la vertiente mediterránea. En Albuñuelas, se formaron dos barrios de casetas de madera, uno en las Eras de Calahorro, gracias a la ayuda de las provincias de Córdoba y Sevilla.

          Para la  administración y distribución de los fondos recaudados se creó, por real decreto a fecha del 13 de abril de 1885 una comisión regia, encabezada por Don Fermín de Lasala y collado, “senador del reino, comisario regio para la reedificación de los pueblos destruidos por los terremotos de Andalucía, y distribución de los fondos recaudados por suscrición nacional”. Dicha comisión se disolvió una vez realizado su cometido, 32 meses después. Según datos del comisario regio, se recaudó más de 3.449.191,39 de pesetas de donativos nacionales, y otros 3 millones de los donativos internacionales, destacando las 40 mil pesetas que donó S.S. el Papa León XIII. De estos donativos Albuñuelas recibió del comisario regio la cantidad de 346.923 pesetas. Que fueron dedicadas a la reconstrucción del pueblo. Para la realización de las obras se  procedió a la elección del terreno donde se debía construir. El terreno debía ser estable y que no hubiera sido afectado. Los técnicos señalan como lugar apropiado “La Loma”. Pero los intereses de algunos propietarios hicieron que al final se eligiera como lugar el llamado “Llano de la Conca”. Construyéndose cinco tipos de viviendas, comprendidas 45 y 51 metros cuadrados. Limitándose la altura en dos plantas y la anchura de las calles en seis metros. El coste por casa osciló entre 1500 y 5100 pesetas. Todas las calles, del nuevo barrio, llevan el nombre de las provincias andaluzas que colaboraron a su construcción. Éstas fueron entregadas en Junio de 1887.

          A pesar de construir el barrio del Llano de la Conca, se construyó también un pequeño barrio, en la Loma. Que lleva el nombre de Fernán-Núñez, en memoria del Duque Fernán-Núñez, que construyó esta barriada. Era un barrio de tres calles, cuyos nombres fueron; Esperanza, Fe y Caridad. Y como bien se indica en la placa de mármol que aún hoy día se puede leer, dichas casas fueron entregadas a los pobres, el 26 de Agosto de1886.

Torre de la iglesia antigua 



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